lunes, 3 de noviembre de 2008

La fama en Córdoba

Ahora que se van a entregar los premios de Cordobeses del Año me viene al pensamiento la idea de lo raros que somos los habitantes de esta ciudad: necesitamos que el personaje de turno destaque o mejor, triunfe, fuera de aquí para que después nosotros lo podamos igualmente reconocer, antes nunca.

Así, ha ocurrido con actores (léase Paco Morán, Fernando Tejero, Macarena Gómez, etc.), toreros, artistas, directora de cine (Josefina Molina), escritores y un largo etcétera de cordobeses que, salvo raras excepciones, nunca han encontrado el merecido reconocimiento dentro de Córdoba, teniendo que buscarlo fuera.

Eso sí, he podido comprobar como muchos de ellos cuando han sido requeridos por la ciudad para que acepten cualquier nombramiento (hijo predilecto, fiambrera, etc.) han excusado su presencia física en el evento enviando a algún pariente a recoger el preciado galardón, porque como diciendo “ahora sí, ahora se acuerdan que soy cordobés y antes qué”, pues que antes “ná de ná”. Siempre habrá existido en la vida de alguno de ellos alguien de aquí que haya querido pisarle, quitarlo de en medio (en su profesión se entiende), o le han aconsejado que no siguiera por ese camino. Por eso, entiendo su postura y su “excusa” para no volver por aquí.

Caso distinto es el del charnego andaluz que alcanza las máximas cotas de poder en otra comunidad autónoma, que no recuerda ni quiere ni falta que le hace el sitio donde nació, reniega del mismo, pretende camuflar su origen hablando otra lengua que no es la suya y encima le damos un premio. Lo dicho, somos un poco raros los cordobeses si no faltuscos.

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