El otro día leí en este mismo periódico que nuestro Ayuntamiento había aprobado por unanimidad dedicar una calle al recientemente fallecido Leonardo Rodríguez, cronista de peñas y antiguo concejal de esta corporación. Me parece una idea magnífica.
En este sentido, me pregunto cuándo se aprobará dedicar calles a auténticos próceres que lo han sido de nuestra ciudad, fuese cual fuese la época que les tocó, que lucharon por esta Córdoba conformista, como por ejemplo a ese gran alcalde que fue Antonio Cruz Conde, el obispo Pérez Muñoz (al que se le mudó el nombre por Ollerías, más bonito, dónde va a parar), al mismo Julio Anguita, antes que a Dolores Ibarruri, “La Pasionaria”, Miguel Castillejo, Rafael Sarazá, Decano Francisco Rojas, escultor Enrique Moreno, y demás profesionales de cualquier gremio que han llevado siempre a Córdoba en su corazón.
Creo que el problema radica en la política, mejor dicho en el momento político: ahora toca borrar cualquier nombre relacionado o perteneciente a la época franquista por muy bien que lo haya hecho y es preferible asignar nombres de famosos o de absurdos (véase en el vial norte la calle de Paco Rabal, De la Radio, etc.) antes que reconocer mérito alguno a quien de verdad se lo merece. Vaya por delante que no pertenezco a partido alguno, sólo me gusta reconocer lo que está bien, venga de quien venga.
Se han llegado a quitar nombres de calles por su origen franquista. Claro que algunos concejales de los que tenemos obsesionados no conocen la historia reciente de Córdoba y por poner un ejemplo, en el barrio de Cañero viejo hay una calle dedicada nada menos que al primer jefe de Falange Española de nuestra ciudad y se les “ha pasado” suprimirla. Dejémonos de rencores de una vez por todas y hagamos lo que decía Platón que era “justicia”, esto es, dar a cada uno lo suyo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario