martes, 25 de noviembre de 2008

BACHE DE ALCANTARILLA

Parece ser que los encargados de infraestructuras de nuestro Ayuntamiento ignoran los problemas que a diario surgen en nuestra Ciudad, con lo cual me pregunto por su utilidad en el organigrama capitular. Me refiero con esto al enorme bache existente desde hace ya meses en la calle Claudio Marcelo, vulgo Nueva, en su lado izquierdo, en dirección precisamente hacia la calle Capitulares, justo a la altura de la calle García Lovera, precisamente en la misma salida de esta última vía.
Pues bien, dicho bache se ha producido porque un día, no se sabe cuando, hubo que buscar una tapa de alcantarillado o, mejor dicho, según reza en la tapa, de Telefónica, provocando en su descubrimiento un bache de casi diez centímetros de altura y el diámetro de lo que mide dicha tapa metálica.
Este agujero, como digo, lleva así bastante tiempo, y cada vez que pasa un vehículo, se sufre su entrada y salida del mismo, afectando a toda la suspensión, aunque se tome despacio y, no digamos si quien ha de pasar es una motocicleta.
Me consta que por encima del bache pasan casi a diario todos y cada uno de nuestros representantes políticos de toda índole e institución, que lo ve todo el mundo, que lo sufrimos todos y no veo a nadie que diga o haga algo. Y ante tal tesitura cabe preguntarse si es que estamos esperando a que ocurra un siniestro de los buenos, de los graves, de los que llaman la atención de la ciudadanía porque aparecen en los medios de comunicación, para que se tomen cartas en el asunto. Dejémonos de jugar con la integridad física de las personas y seamos responsables, aunque sólo sea por una vez.

sábado, 22 de noviembre de 2008

PINTADAS DE MEMORIA

Hacía tiempo que no proliferaban las pintadas por las calles de Córdoba, sólo algunos gamberros, sin idea alguna se dedicaban a estropear paredes y monumentos por el placer de darle al spray, no tenían argumento ni móvil alguno para reivindicar sus pintadas: eran firmas absurdas en la mayoría de los casos.
Pero de un tiempo a acá he observado el incremento de las pintadas de carácter político por las calles más céntricas de nuestra Ciudad, sea en Gondomar, Cruz Conde, Plaza de la Compañía, Duque de Hornachuelos o Conde de Cárdenas. Parece que nos hemos trasladado a la época de los años setenta, con frases hirientes de unos contra otros, círculos con una cruz encima a modo de objetivo y, como no, la novedad de pintar una bandera republicana encima de la española, con sólo pintar la franja inferior de color morado o, al contrario, la franja roja sobre la violeta.
Y por ello me pregunto si todo este renaciente movimiento artístico pictórico, de enfrentamiento entre la ciudadanía, no estará siendo provocado inconscientemente por el resurgir de la llamada “memoria histórica”; no estaremos despertando, en unos y otros, esa pasión ultra y extremista que creíamos hace años guardada en el baúl de los recuerdos y que pasó a dormir el sueño de los justos y que, ahora, retomado por algunos indeseables, sean del bando que sean, pretendan imponer su criterio a golpe de pintada.
Seamos conscientes de nuestra realidad, vivamos el momento, olvidemos de una vez tiempos pasados, que nunca fueron mejores por mucho que se diga, y pensemos en un futuro mejor.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

A UNA FAROLA

Al igual que Antonio Machado dedicó un poema suyo “A un olmo seco”, quiero dedicar la presente “A una farola”, sola, partida y olvidada. Y se preguntarán dónde se halla la misma; pues, en uno de los sitios más visibles y céntricos de Córdoba: en la calle Conde de Gondomar, la primera vista entrando desde la Plaza de las Tendillas.
Realmente, habría que dedicar este pequeño homenaje a lo que queda de ella, que es de la mitad abajo, porque de la mitad para arriba es inexistente. Alguien, un indeterminado día, y de esto hace ya algunos meses, y no sabemos cómo, la fracturó; alguien, se llevó esa parte y nadie desde entonces se ha preocupado de reponerla, bien a su antiguo estado, bien sustituyéndola por otra de iguales características. Me consta que existe un servicio de riego de las dobles macetas con flores que todas las farolas de esa calle tienen y que primorosamente son regadas casi a diario por personal competente y digo yo: ¿tampoco se ha dado cuenta el personal de ese servicio que falta esa farola?, ¿no tiene obligación su encargado, jefe o quien sea, de dar parte de esa incidencia? Y si lo saben, ¿es que no nos quedan más farolas de ese modelo? Y, por último, ¿piensan dejarla así por mucho tiempo más?
Nadie se preocupa de nuestra imagen de cara al exterior, de cara a esos turistas que, sobre todo, en los fines de semana y otros festivos, vienen a nuestra Ciudad para conocerla y admirarla. Ante ello me pregunto si dentro de nuestra corporación municipal no existe un área de infraestructuras, de mantenimiento del mobiliario de las calles o como quiera que se llame, que se preocupe por estos detalles; espero por nuestro bien y nuestro futuro que sí.

OBISPO FRAY ALBINO

Dice el dicho que al “césar lo que es del césar...” y me viene esto a la memoria cuando he leído hace unos días una carta al director firmada por el Sr. Salido criticando la labor del mencionado obispo, sobre todo, en lo referente a las casas que por su mediación se construyeron tanto en el Campo de la Verdad como en Cañero.
Creo que es el resentimiento quien ha inspirado a este ciudadano, ya que nos habla de casas baratas, casas de carbonilla, hechas para servir al régimen fascista y a la Iglesia Católica: algo absurdo y que roza el cretinismo de quien lo manifiesta. Dichas casas beneficiaron a muchos seres humanos que vieron así dignificada su vida; todo lo demás son sandeces dichas por alguien que no vivió aquella realidad social y que critica por criticar, porque ahora está de moda poner en solfa todo lo que se refiere o relacione con la dictadura franquista.
Seguro que si se hiciese un pequeño sondeo entre la población que habitó y habita aún esas casas y se les preguntase qué habría sido de ellos y de su familia sin ese hogar que le fue facilitado por quienes en aquellos terribles años de posguerra ostentaban el poder, nos contestarían que gracias a Fray Albino consiguieron un hogar.
Qué fácil es olvidar la historia local que nos atañe y ser agradecidos a aquellas autoridades locales y eclesiásticas que salvaron a miles de familias de aquellos chozos llenos de miseria y enfermedades. Dejando al margen cuestiones políticas, hemos de reconocer la labor realizada por el obispo Fray Albino en cuestiones sociales, no todo fue malo. Así sea.

lunes, 3 de noviembre de 2008

HASTA EL RABO, TODO ES TORO

Dicen que el carácter cordobés es único: que somos intimistas, no nos gusta presumir de lo que tenemos. Pero a veces pienso que la realidad es otra: somos conformistas con todo lo que nos dan.
Creo que además somos pesimistas por naturaleza, salvo excepciones entre las que por supuesto me incluyo, y no se mira hacia delante como se debería, como hacen otras ciudades.
Hago esta reflexión en este momento tan delicado para el equipo de fútbol de nuestra Ciudad. Si se leen las declaraciones de los mandatarios, las mismas están rodeadas de un pesimismo que ennegrece el futuro del equipo, al igual que si vemos, leemos o escuchamos las noticias locales sea cual sea la cadena televisiva o radiofónica, así como prensa escrita, da grima oír a los comentaristas que ya dan por sentado que el Córdoba C.F. estará en Segunda B la próxima temporada.
Ante esto me pregunto por qué si no ha acabado la presente temporada no animamos lo que es nuestro; se trata de un equipo deportivo que lleva el nombre de la Ciudad, que nos representa. Vamos a echarle una mano, no lo hundamos aún más con comentarios negativos; miremos el lado positivo. Esto aún no se ha acabado.
Desde estas líneas deseo de todo corazón que este equipo luche hasta el final y demuestre su valía, porque como se dice en el argot taurino “hasta el rabo, todo es toro”.

“PERFUNDET OMNIA LUCE”

Entre los distintos inmuebles existentes en la Plaza de San Felipe de Córdoba, destaca el edificio donde actualmente se halla la sede de la Delegación de Gobernación de la Junta de Andalucía, antigua casa mudéjar de Doña Beatriz Heredia, que fue transformada en 1505 en Hospital de Nuestra Señora de la Concepción, más conocido como de Antón Cabrera, su marido y en el que posteriormente, en 1843, se instaló la Escuela Normal de Magisterio. Referida casa posee una portada manierista rematada por un gran óvalo de color gris que contiene, bajo un sol que representa la cabeza de Apolo, dios de la luz, también venerado como dios de la poesía, de la música y de las artes, una frase latina: “PERFUNDET OMNIA LUCE”.
Dicho lema hace referencia a la capacidad de infundir el conocimiento, la luz, es decir, la aptitud para ser maestro, lo cual nos recuerda la función de sede de Escuela de Magisterio que tuvo dicho edificio. Según parece, el autor de esta frase, mitad evangélica, mitad librepensadora, fue Fernando de Castro -Catedrático y Rector de la Universidad Central por los años sesenta del siglo XIX-, aunque la misma rezaba en su origen como “Libertas perfundet omnia luce”, “la libertad es la base del conocimiento”, “la libertad todo lo penetra con su luz”, cuyo reverso sería “La cobardía es el fundamento de la ignorancia”.

EL PATIO CORDOBÉS

Ahora que ha finalizado el concurso de patios en nuestra Ciudad, por cierto con un gran éxito de público, sobre todo, foráneo que ha venido atraído por la belleza de la que otros le hablaban y que tras su contemplación han reconocido que quien se los recomendó se quedó corto, me viene a la memoria algo que leí en un obra del insigne erudito, D. Antonio Jaén Morente, ilustre cordobés, catedrático, político y sobre todo, historiador. Venía a decir este autor que los patios de Córdoba son distintos a los del resto de Andalucía y, en concreto, hacía una comparación del patio cordobés con el patio sevillano.
Así, argumentaba que el patio sevillano es el patio romano, con mármoles, muebles, etc., en el que se vive, mientras que el patio cordobés era un lugar al sol, con sus macetas repletas de flores, su pequeña fuente, sus paredes encaladas, primorosamente cuidadas, y su suelo lleno de guijarros, donde uno se reencuentra con su alma.
Sé a ciencia cierta que las comparaciones son odiosas ni es mi intención entrar en polémica alguna, pero a lo anterior añadiría que ambos patios representan el carácter de dos pueblos, dos culturas, la romana y la árabe; y de los dos, me quedo con el segundo, ya que encaja perfectamente con nuestra forma de ser: abrimos nuestros patios al forastero y le ofrecemos nuestra hospitalidad y le decimos “disfrute ud. de lo nuestro”, algo sin parangón en el mundo entero.

La fama en Córdoba

Ahora que se van a entregar los premios de Cordobeses del Año me viene al pensamiento la idea de lo raros que somos los habitantes de esta ciudad: necesitamos que el personaje de turno destaque o mejor, triunfe, fuera de aquí para que después nosotros lo podamos igualmente reconocer, antes nunca.

Así, ha ocurrido con actores (léase Paco Morán, Fernando Tejero, Macarena Gómez, etc.), toreros, artistas, directora de cine (Josefina Molina), escritores y un largo etcétera de cordobeses que, salvo raras excepciones, nunca han encontrado el merecido reconocimiento dentro de Córdoba, teniendo que buscarlo fuera.

Eso sí, he podido comprobar como muchos de ellos cuando han sido requeridos por la ciudad para que acepten cualquier nombramiento (hijo predilecto, fiambrera, etc.) han excusado su presencia física en el evento enviando a algún pariente a recoger el preciado galardón, porque como diciendo “ahora sí, ahora se acuerdan que soy cordobés y antes qué”, pues que antes “ná de ná”. Siempre habrá existido en la vida de alguno de ellos alguien de aquí que haya querido pisarle, quitarlo de en medio (en su profesión se entiende), o le han aconsejado que no siguiera por ese camino. Por eso, entiendo su postura y su “excusa” para no volver por aquí.

Caso distinto es el del charnego andaluz que alcanza las máximas cotas de poder en otra comunidad autónoma, que no recuerda ni quiere ni falta que le hace el sitio donde nació, reniega del mismo, pretende camuflar su origen hablando otra lengua que no es la suya y encima le damos un premio. Lo dicho, somos un poco raros los cordobeses si no faltuscos.

SÍMBOLOS REPUBLICANOS

Ahora que está en vigor la nueva Ley de Memoria Histórica que, entre otras cosas, prohíbe los símbolos franquistas y en aras de conseguir esa equiparación histórica en lo que a igualdad se refiere, no podemos olvidar que en nuestra ciudad, en pleno centro del bulevar del Gran Capitán, queda un recuerdo de nuestra etapa republicana.

Me refiero al escudo existente en la entrada del antiguo Ayuntamiento de Córdoba, que también fue sede de la Delegación de Hacienda hasta su actual remodelación. El citado escudo no es el constitucional aprobado por la Ley 33/81 de 5 de octubre, reguladora del Escudo de España y desarrollado por el Real Decreto 2964/81, de 18 de diciembre, normas ambas que describen pormenorizadamente el contenido del escudo legalmente aprobado. La característica fundamental y que distingue al legal del ilegal es la corona que figura encima del escudo que, mientras la legal es la corona real la ilegal es la llamada corona mural, que está realizada en forma de un castillo.

En consecuencia, desde esta tribuna intereso de la autoridad competente proceda a cumplir con la legalidad vigente que, por cierto daba un plazo de tres años para su retirada, y en su lugar se proceda a instalar el escudo que legalmente debe ocupar su lugar.

EL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES

El otro día leí en este mismo periódico que nuestro Ayuntamiento había aprobado por unanimidad dedicar una calle al recientemente fallecido Leonardo Rodríguez, cronista de peñas y antiguo concejal de esta corporación. Me parece una idea magnífica.

En este sentido, me pregunto cuándo se aprobará dedicar calles a auténticos próceres que lo han sido de nuestra ciudad, fuese cual fuese la época que les tocó, que lucharon por esta Córdoba conformista, como por ejemplo a ese gran alcalde que fue Antonio Cruz Conde, el obispo Pérez Muñoz (al que se le mudó el nombre por Ollerías, más bonito, dónde va a parar), al mismo Julio Anguita, antes que a Dolores Ibarruri, “La Pasionaria”, Miguel Castillejo, Rafael Sarazá, Decano Francisco Rojas, escultor Enrique Moreno, y demás profesionales de cualquier gremio que han llevado siempre a Córdoba en su corazón.

Creo que el problema radica en la política, mejor dicho en el momento político: ahora toca borrar cualquier nombre relacionado o perteneciente a la época franquista por muy bien que lo haya hecho y es preferible asignar nombres de famosos o de absurdos (véase en el vial norte la calle de Paco Rabal, De la Radio, etc.) antes que reconocer mérito alguno a quien de verdad se lo merece. Vaya por delante que no pertenezco a partido alguno, sólo me gusta reconocer lo que está bien, venga de quien venga.

Se han llegado a quitar nombres de calles por su origen franquista. Claro que algunos concejales de los que tenemos obsesionados no conocen la historia reciente de Córdoba y por poner un ejemplo, en el barrio de Cañero viejo hay una calle dedicada nada menos que al primer jefe de Falange Española de nuestra ciudad y se les “ha pasado” suprimirla. Dejémonos de rencores de una vez por todas y hagamos lo que decía Platón que era “justicia”, esto es, dar a cada uno lo suyo.

ALIANZA DE CIVILIZACIONES

Respecto a esta expresión tan usada últimamente por nuestro actual Presidente del Gobierno y sus más estrechos colaboradores, que parece como “inventada” por el mismo, sería interesante aclarar su origen y cuyo autor no es otro que Krause. Este filósofo alemán fue quien de verdad creó el concepto de “Alianza de la Humanidad” en el año 1808 y según el cual, la misma estaba dirigida hacia la obtención de un modelo de sociedad cuyo fundamento último es aquello que une a los hombres por encima de sus diferencias y que, a la vez, permite y fomenta el desarrollo pleno de lo específico o diferencial de cada individuo, al armonizarlas orgánicamente dentro de la totalidad superior que es la Humanidad entera.
Krause encajó además esta figura de la Alianza de la Humanidad en un marco filosófico-histórico; dentro del mismo consideraba que la Hermandad Masónica era el principal germen de la Alianza de la Humanidad, porque precisamente era la única Institución social que tenía como única finalidad y razón de ser la realización de aquella "pura y completa humanidad".
Esta teoría viene avalada por el filósofo Gustavo Bueno en su obra “Zapatero y el pensamiento Alicia” quien nos explica la forma de gobernar del actual Presidente, que la concibe como un mundo más propio de los sueños infantiles y que guarda evidentes paralelismos con el del País de las Maravillas en los que se internaba la Alicia de Lewis Carroll.
Por consiguiente, creo aclarado suficientemente el origen del término y, por ende, la explicación de la extraña forma de gobernar.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Mantenimiento de la ciudad

Es increíble que esta ciudad, Córdoba, esté tan descuidada por sus gobernantes locales, ya que en lo que se refiere a un mínimo de cuidado de su infraestructura, esta es nula por no decir inexistente. Y, precisamente, no incluyo en lo anterior a una empresa como SADECO que, a mi entender, realiza una labor encomiable: demasiado bien para la falta de educación de la "ciudadanía" (qué mal me cae esta palabra) que arroja basura al suelo, algo que no lo haría en su casa.
Me estoy refiriendo al departamento de infraestructuras del Ayuntamiento cuyo trabajo creo brilla por su ausencia. Así, baste con dar un simple paseo por la Plaza de las Tendillas y sus aledaños para comprobar la dejadez de sus responsables. Así, se deduce de un vistazo del alumbrado existente al efecto. Existen farolas a las que les falta algún que otro brazo, pero lo que no entiendo es que la primera existente en la entrada de la calle Gondomar sólo tiene la base, está partida, con lo que el efecto perjudicial es doble, por un lado, falta un punto de luz y, por otro, es feo y horrible el aspecto que presenta dicha base, amén del peligro que ello entraña.
Esta última farola, o mejor dicho sus restos, está así al menos desde antes del verano y digo yo, ¿no existe responsable alguno que se haya dado cuenta de ello? es que no quedan farolas de reserva de ese modelo y, de otra suerte, lo más curioso por saber es quien la partió, nadie lo vio, etc... Asistimos de nuevo a otro detalle de falta de responsabilidad, pasotismo al que ya nos tienen acostumbrados los políticos de turno.

SEMANA DE LA MOVILIDAD

Otro año más los políticos nos traen de nuevo la llamada semana de la movilidad o, en otros términos, la semana en la que se nos pide no usemos el vehículo propio en beneficio de la comunidad o como ahora se dice, de la ciudadanía. Para tal fin, se nos recomienda vayamos al trabajo, colegios, etc., andando o utilizando otros medios de transporte alternativos como es el autobús, bicicleta, taxi, etc., semana que culmina el próximo día 22 de este mes y año.

Pero como se dice que se predica con el ejemplo, desde estas líneas quiero llamar la atención a todos los políticos que nos rigen, e incluso a los de la oposición, en todas y cada una de las Administraciones, ya sea local, provincial, autonómica o estatal, a fin de que sean ellos los primeros que utilicen el servicio público o se hagan peatones, aunque sólo sea por un día, para que los demás sigamos su estela.

Vale ya de intentar convencer a la ciudadanía de los beneficios de no usar el vehículo propio cuando casi todos abusan del coche oficial, contaminando el medio ambiente, perjudicando su salud, aparcando en zonas peatonales, molestando en suma con unos vehículos cada vez más grandes, potentes y ostentosos en los que normalmente viaja el político de turno solo con la compañía de su conductor, gastando combustible que pagamos todos y en esta época de crisis para seguir dando ejemplo. Como decía el título de aquel disco “Crisis, what crisis?”

Por tanto, cuando quien esto escribe compruebe que ningún político usa y abusa de coche oficial haré caso a la semana de la movilidad y si me convencen, estoy seguro que no me bastará con ese período tan corto, sino que será todo el año de movilidad.

DEJADEZ EN LA PLAZA DE LA TRINIDAD

Soy de la misma opinión que mi amigo Juan Pérez Bermejo, propietario del Bar “Curro”: la Plaza de la Trinidad está en plena decadencia; vamos, que está dejada de la mano de Dios. Y, en efecto, si nos detenemos a observar este precioso rincón de Córdoba, podemos deducir que, tras haber pasado más de cuatro años desde su remodelación, al día de hoy la Plaza está peor que antes de haberla remozado.
Así, puede apreciarse que cuando se actuó sobre ella, se instaló un cartel indicador que detallaba el lugar (el cartel desapareció hace tiempo y sólo queda la base que es un obstáculo para los viandantes); se colocaron una serie de farolas de pie modelo “córdoba” que, al poco tiempo fueron sustituidas por unos pivotes metálicos, reduciendo así la iluminación nocturna de la plaza; se pusieron varios bancos de forja, de los que tan sólo quedan tres y desvencijados, siendo lo más curioso, que uno de los desaparecidos permite el acceso al mismo centro de la plaza de coches; se colocó una fuente pública al lado de la estatua dedicada a Góngora: la misma desapareció, contando actualmente en su lugar con una papelera.
Asimismo, respecto a la solería, decir que la misma está tan degradada que más de una cordobesa ha tropezado o ha introducido de forma casual sus tacones de los zapatos, con el riesgo de caídas; el suelo de la vía de circulación esta rehundiéndose cada día más; los árboles sobreviven a duras penas y finalmente, las bolas de piedra existentes están en su mayoría sueltas. Es por lo que desde esta tribuna en nombre de los vecinos y usuarios de esta recoleta Plaza intereso a la autoridad competente a fin de que adecente lo más pronto posible la misma.

LA CALLE CONCEPCIÓN

Y no me refiero a toda la calle, sino sólo al tramo adoquinado, desde su cruce con la calle Duque de Fernán Núñez hasta la Puerta Gallegos. Y me pregunto si nadie de la autoridad local competente suele pasar por allí con vehículo ya que su suelo está de forma infernal: parece cuando pasas que es suelo lunar, de la Luna, claro.
Pero es que si vas andando, como no mires donde pisas, puedes caer de bruces al suelo, con el consiguiente daño físico, y aunque luego te indemnice la Unidad Patrimonial del Ayuntamiento, el hueso roto es el tuyo y eso no lo paga ningún dinero.
Ante esta situación cabe hacerse varias preguntas. ¿Por qué se ha deteriorado en tan poco tiempo el firme de esa calle? ¿Quién o quienes lo diseñaron? No pensaron o, mejor dicho, no calcularon el peso que tenía que soportar el mismo? Y, por último, ¿es que no piensan arreglarlo o están esperando fondos de la Unión Europea?
Parece mentira que estemos hablando de una de las calles más céntricas de Córdoba, lugar de paso que une el centro con el resto de barrios, entrada y salida de mercancías, de tránsito concurrido a cualquier hora del día, ya sea de peatones como de vehículos, etc., y lo que más me llama la atención es el pasotismo en el que los cordobeses estamos instalados: ni los usuarios de la vía se quejan ni la autoridad competente hace nada. Así somos, así nos ha ido y así nos irá.